Con apenas un mes en el cargo, el ministro de Defensa, Diego Molano, ha causado conmoción luego de unas controvertidas declaraciones, siendo este un nuevo escándalo para el Gobierno de Iván Duque.
En varias entrevistas, Molano, se negó a confirmar las denuncias de que menores de edad habían muerto en el bombardeo del Ejército contra el campamento de ‘Gentil Duarte’, jefe de las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC en un paraje de difícil acceso del departamento de Guaviare, al sur del país, y calificó como “máquinas de guerra” a los menores reclutados por la guerrilla.
La situación revivió el debate sobre el reclutamiento forzado de menores de edad, alrededor de esto, surgieron opiniones divididas. El pasado miércoles, el Ejército aseguró que el ataque se había realizado “en el marco del Derecho Internacional Humanitario” sobre un área “donde se planeaban acciones terroristas”.
Aquí la discusión se centra en dos puntos claves. Por un lado, si el Gobierno tenía certeza o no de que en el sitio había menores de edad y de ser así se debió optar por distintas tácticas militares dada la condición de victimas de reclutamiento forzado que tienen esos niños, un método que condujera a su rescate y no a su muerte.
Por otro lado, la polémica de la frase desacertada del ministro donde revictimiza a los menores que son reclutados por grupos armados, principalmente en regiones alejadas y abandonadas por el Estado. Ese mismo Estado que siempre se ha mostrado indolente y de pocas oportunidades para los menores en estas zonas tan olvidadas, porque lo crean o no estos niños y jóvenes son responsabilidad del Gobierno y eso debería tenerlo muy claro el ministro Molano, quien fue Director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) desde el 2011 hasta el 2013.
Sin embargo, es más que claro que Molano sabía o sabe que el Ejército jamás reconocerá tener conocimiento de la presencia de menores de edad en los campamentos porque la legislación colombiana protege a los menores que forman parte de los grupos armados ilegales como víctimas. De hecho, al caer en manos de las autoridades su estatus cambia de capturados a ‘recuperados’. Él sabe que esos menores pasan a cuidado del ICBF y no son procesados penalmente.
¿Nos sorprende? No, no nos sorprende porque las acciones del Gobierno nacional siempre han sido promover la guerra y muy pocas veces la de proteger los derechos de aquellos que son víctimas del conflicto.
¿Qué es lo que quieren las mujeres?
Excelente reflexión sobre nuestra realidad.
Estimado lector gracias por compartir su apreciación con nosotros.