“Las causas de los horrores de nuestros días son institucionales. Si no cambiamos las instituciones, sólo lograremos posponer el desastre”. Noam Chomsky.
La encuesta de Pulso País, realizada por Datexco Company S.A. para W Radio que se realizó entre el 20 y 29 de enero de 2021, reveló algo que no debería sorprender a ese colombiano promedio que usas sus cinco sentidos; no solo para ver el desafío o pedro el escamoso.
Por lo tanto no se está descubriendo que el agua moja, cuando uno de los resultados de la encuesta señala que el gobierno de Duque registra una desaprobación del 68,19%.
El señor Duque que ni en sus mejores sueños, jamás imagino llegar a la casa de Nariño. Se le apareció la virgen, el día que el presidente eterno de Paloma Valencia, lo bautizo para que fuese: “el que dijo Uribe”; como van las cosas será recordado por ser el padrino de Juan Guidó. Autoproclamado presidente interino de Venezuela con el beneplácito del primer mandatario de Colombia, a quien lo tiene viviendo como rey nuestro país.
Pero como las encuestas pueden fallar, algo que ha quedado demostrado en los últimos años. No toda la gestión de Duque ha sido mala, país desmemoriado diría alguno, acaso se les olvida la vez que el cantante Maluma fue recibido en el palacio presidencial, trataron temas sobre el arte y la música, pues hay que recordar que nuestro mandatario toca guitarra y por ahí cualquier día nos sorprende con un sencillo al lado del reguetonero paisa. (En voz baja diría: ya recuerdo eso fue cuando no recibió a los estudiantes).
Como olvidar el día que nuestro Iváncho condecoro al congresista Ernesto Macías con la máxima distinción que entrega el gobierno colombiano, la Cruz De Boyacá. ¿Que hizo Macías para semejante reconocimiento? Calentar la silla en el congreso y hacer la jugadita que torpedeó la intervención de la oposición. (En voz baja diría eso como que es más valioso que ganar un tour de Francia pues a Egan Bernal solo le dieron la cruz de mérito). Pero digamos que esas han sido una chispoteadas de Duque, como decía nuestros amados chespirito eso fue sin querer queriendo.
Donde no ha habido dudas sino certezas es en mantener atornillado en su puesto al ministro peor calificado en la encuesta de Datexco, al famoso Alberto Carrasquilla, ministro de hacienda. El mismo de los bonos de agua, el mismo que afirmó que Colombia tiene uno de los salarios mínimos más altos del mundo y que no sería mala idea reducirlo.
Esto no lo dice la encuesta, por eso decía que las cifras se equivocan. Duque será recordado como un buen compañero y nadie lo puede negar, sino pregúntenle a sus amigos del colegio o la universidad, por ejemplo Paola Meneses en la Corte Constitucional; a la economista del BID e hija de Alicia Arango, Bibiana Taboada como codirectora del Banco de la República; y al actual Fiscal General, Francisco Barbosa, su amigo de universidad y quien a lo mejor en un futuro cercano será condecorado con la Cruz de Boyacá por ser Barbosa air line, un fiscal de alto vuelo.
Pues recordemos que la fiscalía del doctor Barbosa se ha caracterizado por viajar que por investigar. Haciendo algo de memoria sin ir muy lejos nos encontramos que: el domingo 29 de junio de 2020 en pleno pico de pandemia, cuando todo se estaba desarrollando desde la virtualidad, el viajo a San Andrés a “cumplir una agenda” para hablar sobre corrupción y seguridad ciudadana. Lo que si no conto fue que cargo con toda su familia, se hospedaron en un hotel que hace parte de un conglomerado de propiedad de Carlos Londoño, un militante del Partido Conservador que es cercano a políticos de la región y al presidente Iván Duque y de esta manera el fiscal paso su puente festivo ” trabajando”.
Para todos estos destacados funcionarios alfiles de Duque no quedan más palabras de agradecimiento como su famoso: así lo conocí así lo queri. Pero si de querer se trata podríamos decir que nuestro querido y bonachón devoto de la virgen de Chiquinquirá, en su gestión ha mostrado amistades más profundas que las adquiridas en el colegio o en la universidad. Por ejemplo la destacada koinonia entre él y el ex ministro Guillermo Botero, tan recordado por haber sido señalado de revivir el fantasma de las ejecuciones extrajudiciales y de ocultar la muerte de ocho menores de edad en un bombardeo contra disidentes de la extinta guerrilla de las FARC. (A media voz te diría que hoy es embajador en Chile). Otra amiga de esas que Duque lleva en el corazón es Alicia Arango, quien fue ministra del trabajo y del Interior. Quien tras dejar este último ministerio le pasó como el viejo dicho, cayó del caballo parada, pues dejaba el cargo, para ser designada como embajadora ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Ginebra, Suiza. (En voz baja diría, que a parte de su vocabulario lleno de dichos, todos recuerdan que siendo ministra del trabajo dijo: “Un ingeniero de sistemas tú no lo necesitas todo el día en tu oficina sino dos horas”; el sistema de contratación en Colombia tiene que cambiar.)
Y el último de esos amigos de a de veras es el ex procurador Alejandro Ordóñez, quien tras salir de su polémico cargo donde mando a más de uno para la hoguera; se hizo el de la vista gorda en el caso de Odebrecht pues no solo no investigó los sobornos a funcionarios en la licitación de la Ruta del Sol, sino que dejó prescribir muchos casos. Tuvo la suerte de encontrar con Duque otro terreno donde generar polémica, la embajada de la OEA.
Podríamos decir que más que datos estadísticos de encuestas el gobierno de Duque se ha caracterizado por llenar los ministerios de amigos, no sabemos si aún está pagando favores de la campaña presidencial, o si se está cuidándole la espalda a otro, pero el mensaje es claro si la embarras en una cartera renuncia, vete tranquilo o tranquila que yo te premio con una embajada. Ese deterioro y descredito en los nombramientos e instituciones las cuales no menciono pero donde han llegado nuevas amistades de Duque a reinar nos es otra cosa que los horrores en vez de honores de un presidente bautizado “por el que diga Uribe” y convertido en padrino de Guiado.
El camino a la paz