“La sabiduría consiste en saber distinguir la naturaleza del problema y en elegir el mal menor.” Nicolás Maquiavelo.
El escenario del “mal menor” en sentido estricto no radica en la disyuntiva entre “hacer deliberadamente un mal mayor” o un “mal menor” sino entre “dejar que suceda un mal mayor” y un esfuerzo voluntario por evitarlo basado en la implementación de un cierto “mal menor”, que como medio, frustra al primero.
Otro elemento que suele acompañar este planteamiento es la situación de la conciencia la cual se encuentra marcada por una cierta perplejidad. Para decirlo en términos coloquiales, la conciencia se ve inmersa en un callejón “sin salida”, o más precisamente, la conciencia posee una “salida” incómoda, pero aparentemente necesaria.
Ante esta disyuntiva y este escenario me vi hace dos años cuando frente a una papeleta de votación me toco elegir siguiendo los planteamientos de Maquiavelo; el escenario no era el que yo hubiese querido porque siempre considere que las dos candidaturas la presidencia de Colombia representaban dos extremos ya polarizados y que un candidato óptimo para el proceso que estaba viviendo el país debía ser de centro; al final termino ganando Gustavo Petro “el mal menor” porque el candidato Hernández era un horror por donde lo miráramos.
Entonces digamos que el nuevo inquilino de la casa de Nariño arranco bien como esos niños que pasan de la primaria al bachillerato y las primeras semanas de clase y hasta el primer periodo académico las notas son excelentes, usa el uniforme impecable, hace las tareas, en fin, Petro y sus primeras puntadas fueron positivas tenía a su favor un llamado a un gran acuerdo nacional que en ese momento le represento mayorías en el congreso, se rodeó de superministros casi todos del ala de centro. La nómina de ministros de Petro era de lujo en Hacienda tenía a José Antonio Ocampo, uno de los economistas más reconocidos en Colombia, en Cultura a Patricia Ariza una reconocida poeta, dramaturga, directora teatral y actriz, en Agricultura nada más y nada menos que a Cecilia López, en Justicia al abogado, catedrático y Doctor Néstor Osuna, en Relaciones exteriores un experimentado Álvaro Leyva y en cerrado la delantera en Educación Alejandro Gaviria.
Pero ese idilio duro poco y termino rompiendo con todos, sacando hasta ese momento ministros que le ofrecían experiencia, credibilidad y una imagen más Santista o de centro algo positivo para romper con los radicalismos de izquierda que es la vereda donde más se ha movido.
Hace más de un año no recuerdo bien escribí una columna con respecto al gobierno y sus fallidas reformas donde refería lo siguiente: “el que mucho abarca poco aprieta” un refrán viejo, pero que no pasa de moda. Y digamos que la ambición y los afanes de este gobierno por reformar todo les termino siendo un tiro en el pie.
La verdad todos sabemos que cambiar al país en dos años es imposible entonces lo mínimo que se le pide al “gobierno del cambio” es que no sea corrupto si hubieran entendido que con eso se diferencian del resto eso ya sería un gran cambio, pero el escándalo de la UNDGRD , los escándalos de su hijo Nicolás, atornillar a la hoy poderosa uno no sabe cómo Laura Sarabia en su cargo, las salidas en falso de sus senadores del ala más radical como Isabel Zuleta, la intromisión y sobreactuación de Verónica Alcocer en el gobierno, la ausencia, de Francia Márquez (parece una figura decorativa y nada más) y su ministerio de la igualdad del cual no se sabe para qué lo crearon; y las tesis de la constituyente y la reelección de Petro son cosas que como estrategia política y su teoría del caos a lo mejor le funcionaron al presidente, pero el año lo está perdiendo por andar distraído en el salón de clase. Las innecesarias peleas por X antes Twitter el apoyo a Palestina, la ruptura de relaciones con Israel, su notorio silencio y prudencia con Maduro tras el posible robo de estas elecciones en Venezuela, son materias de relleno que si las ganara le subiría el promedio, pero no son suficientes si no se gana asignaturas como: recuperar la seguridad en algunos territorios donde ha perdido control total, y la ejecución colocar a mover a los ministros, acordar cuáles reformas son posibles y cuáles no pero ya.
Y chistosamente hoy los dos extremos se parecen detrás del gobierno de Uribe pasaron cosas “y todo fue a sus espaldas” él nunca se dio cuenta; detrás del gobierno de Petro están pasando cosas y también a sus espaldas, y para completar esta paradoja el gobierno de Duque fue tan malo y pésimo que le dio alas, fuerza y termino subiendo a la izquierda al poder. El gobierno de Petro va tan mal que va a hacer subir de nuevo a la derecha al poder. Lamentable para los que tenemos una visión de centro.
Como cierre aclaratorio no podemos obviar que Gustavo Petro ha demostrado que como oposición haciendo control político desde el senado siempre ha sido excelente, en materia de acatamiento a las normas aunque lo tilden de “guerrillero” desde el momento en que el M19 acordó un sometimiento a la justicia, y el cómo actor protagónico en la constituyente de 1991 nunca se ha salido de ese marco y se ha hecho un lugar en la democracia y después de 3 décadas esa persistencia y acato a la justicia lo llevo a la casa de Nariño (una demostración para aquellos alzados en armas que la única salida para hacer parte de la política colombiana es sometimiento a la justicia) pero en materia de gobernabilidad, ejecución no ha demostrado ese liderazgo y esa capacidad de trabajo que ha sido notoria como Senador.
Que salva un poco a Petro aún tiene dos años para recuperar las materias que lleva perdidas, una de esas es ver que hace con esa ambiciosa “paz total” que es de las asignaturas que más trabajo le ha costado ganarse, volviendo al ejemplo de la escuela Petro y su gobierno está como ese estudiante que los padres van a buscar su informe académico de 3 periodo y se enteran de que si quiere ganar el año escolar el esfuerzo en el cuarto periodo debe ser mayúsculo.
En materia de análisis de estos dos años del gobierno de Petro les comparto uno muy acertado y excelente llevado a cabo por: Colombia Risk Analysis (consultora de riesgos políticos que trabaja todos los días por cerrar las brechas entre la realidad colombiana) y quienes presentan su más reciente informe especial “De la ambición al estancamiento: el camino por recorrer de la administración Petro”.
De la ambición al estancamiento_ el camino por recorrer de la administración Petro
Informe: Colombia Risk Analysis (consultora de riesgos políticos
Mi vecino pirulo