Estamos viviendo tiempos difíciles, en los cuales es común experimentar niveles altos de estrés, ansiedad, e inclusive episodios depresivos. De esta manera, se puede observar en estos días un fenómeno denominado el Síndrome De la Cabaña. El término tiene su origen en Norteamérica, específicamente en los lugares fríos, al observar el comportamiento emocional patológico de aquellas personas que debían salir de su casa luego de haber hibernado, y pasado un periodo largo en sus casas por condiciones ambientales adversas.
Ese patrón conductual se ve reflejado hoy día cuando tras el Aislamiento Preventivo decretado por el COVID-19, algunas personas afirman sentir miedo al llevar a cabo actividades rutinarias que antes realizaban con toda tranquilidad, salir, ya no es tan placentero como solía serlo, asimismo la ansiedad que representa el miedo al futuro acerca de su situación económica, y que su vida pueda terminar anticipadamente causan gran angustia en ellos.
Miedo a salir, Irritabilidad, pánico, ansiedad, temblores, sudoración, taquicardia, sueño, y apetito excesivo son algunos de los síntomas que es probable que las personas afectadas por este Síndrome puedan experimentar en estos tiempos. Y ojo, estos síntomas no distinguen edad, ni estatus social.
Muchas personas han manifestado sentir que no son los mismos de hace un par de mes en los que podían dirigirse libremente a sus Establecimientos Educativos, Empresas, y sitios de su preferencia. La medida dictada por el Gobierno Nacional para salvaguardar la salud de los colombianos está causando secuelas psicológicas en estos, debido a que a no fue una opción quedarse en casa, sino una obligación, y al pasar tanto tiempo en casa, ya no creen conveniente para su integridad física salir a la calle. Sumado a eso las noticias, y algunas redes sociales han mermado la capacidad de percibir la esperanza en la realidad actual. Y no está mal sentir miedo, es un mecanismo de supervivencia, pero el problema radica en dejar que este nos paralice.
Para afrontar este Síndrome es importante:
– Centrar la atención en el presente, y en aquello que si puedes controlar, para ello, respira profundamente, y disminuye los pensamientos catastróficos acerca de las circunstancias. No podrás controlar lo que ocurre afuera, pero si tienes el poder de tener una actitud favorable hacerle frente.
– Ser agradecido, y reconocer los aspectos positivos de la cuarentena; Aprovechar el tiempo en familia, y sanar aquellas relaciones que por falta de tiempo de calidad, y dialogo se han deteriorado.
– Llevar un autoregistro o diario de los aprendizajes diarios.