Ante la cuestionable victoria electoral de Nicolás Maduro el pasado 28 de junio, no resulta descabellado anunciar la pronta llegada de una nueva ola migratoria a Colombia. Aunque el panorama político venezolano aún es incierto, pese a los requerimientos de las actas, los llamados internacionales de claridad electoral, los comunicados por parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y las distintas presiones internacionales, Maduro no suelta el poder.
Por una lado podemos ver la crisis social que vive el vecino país, pero también, es importante analizar las preocupaciones regionales ante una inminente ola migratoria. Y aquí es cuando debemos preguntarnos si Colombia, en su contexto actual, está en la capacidad económica y estructural de recibir más migrantes y brindarles una ayuda humanitaria en su situación de desfavorabilidad.
Una reciente encuesta realizada por Meganálisis, cuya pregunta abierta de respuesta simple fue: “Si NO hay un cambio de gobierno después de las elecciones presidenciales, ¿USTED PENSARÍA EN IRSE DE VENEZUELA?”, arrojó que el 41.1% de los encuestados consideraba irse de Venezuela en caso de no haber una transición política, frente a un 45.2% que no tenía clara su decisión respecto al futuro panorama sociopolítico del país. En Infobae (2024) se menciona que la encuestadora (Meganálisis) refleja que la población que se visualizaba fuera de Venezuela representa 6.9 millones de votantes y 10.4 millones de la ciudadanía general.
Estos datos representan una preocupación especial para Colombia, pues, el país es el que más recibe migrantes venezolanos. Se calcula que el país contaba con más de 2.8 millones de migrantes en enero de 2024 (OIM, 2024) y la crisis económica de Venezuela amenaza que esta cifra suba considerablemente.
Dentro de los efectos de que ha traído la llegada de población migrante al país, podemos destacar un sistema de salud, de educación, vivienda y laboral sobrecargado, a pesar de los esfuerzos del Estatuto Temporal de Protección a Migrantes Venezolanos con el Permiso de Protección Temporal (PPT) para garantizar el acceso a servicios básicos a una población categorizada como vulnerable. Y aquí es donde preocupa la futura estabilidad de la economía colombiana en un ambiente donde hubo una disminución considerable al Presupuesto General de la Nación 2025, con lo cual se requiere de ingresos adicionales para poder equilibrar el presupuesto del próximo año. Con todo esto, podemos ver que el subsidio del Estado a este margen poblacional requiere de un presupuesto considerable para brindarle el acceso a servicios básicos.
El contexto actual de la migración requiere de un esfuerzo conjunto entre el Estado y la sociedad para poder mitigar las muchas barreras sociales hacia los migrantes, entre las que se destaca la xenofobia. Sin embargo, más importante aún son las barreras estructurales como la disponibilidad de recursos, y es un factor que no se puede mitigar con políticas de concientización, sino que requieren reducir presupuesto de algunas entidades e inclusive endeudamientos. Por tal razón, es indispensable reformular las políticas migratorias y fortalecer el esquema de documentos y requisitos para la entrada de extranjeros al país, como caso chileno, para así contar con una migración con vocación regular y un Estado Social de Derecho orientado primordialmente al el bienestar de los connacionales, y a su vez con una mirada y atención efectiva a los migrantes en condición de vulnerabilidad.