Tuvimos un año convulsionado, un año donde por primera vez el rechazo fue colectivo y la empatía brotó entre los colombianos, algo que rara vez sucede en un país tan polarizado.
Lo paradójico de esa circunstancia es que la razón de la unión fue provocada por uno de los extremos. Tratar de meternos la mano en el bolsillo después de una crisis económica con una reforma tributaria fue el peor error del Gobierno nacional, la sentencia de muerte del Centro Democrático y el despertar de una generación.
Durante estos meses presenciamos lo que unidos somos capaces de hacer. El país se paró en un límite claro en el que no estaba dispuesto a ceder, pero todo tiene un costo: 28 vidas fueron arrebatadas, según la última investigación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a manos de integrantes de la fuerza pública y miembros del Esmad.
Sin embargo, ni la misma muerte pudo detener las protestas que duraron más de 2 meses, era un inconformismo generalizado y liderado por los jóvenes del país, quienes a su corta edad, han crecido bajo la misma línea de gobierno.
Si en temas políticos este año no fue fácil, el próximo tampoco lo será, pero algo sí queda claro y es que los colombianos tenemos un compromiso, esta vez la caminata debe ser hacia las urnas de votación, no importa cuál sea la inclinación ideológica o la simpatía, el voto tiene que ser a conciencia y con la convicción clara que en nuestras manos esta cambiar el rumbo del país.
Esa pasión que se extendió como fuego por meses debe estar ese día que decidamos al nuevo presidente, no les pido que voten por una línea específica, voten por quien ustedes crean que de verdad pueda hacer de este territorio un mejor lugar para vivir.
Es más, no voten pensando en ustedes, que tienen la oportunidad de comer 3 veces al día, voten por los 21 millones de colombianos que no viven sino que sobreviven, que se van a dormir sin probar un bocado de comida y están en condición de pobreza.
Voten para que 3,8 millones de personas no sigan desempleadas, para que no vuelvan a desaparecer 70 mil millones de pesos antes los ojos de todos, para que 2 millones de bachilleres tengan acceso a educación superior y 20 millones de colombianos tengan cobertura de salud.
Vayan a las urnas porque de verdad están logrando un cambio, no porque les dieron 50 mil pesos por el voto o por un tamal. No coman cuento, lean las propuestas, escuchen lo que les dicen los candidatos, no se cieguen por opiniones ajenas. Colombianos, voten pensando que ustedes están salvando a su patria, esa es nuestra responsabilidad más grande.