La “Voluntad de Dios”, una comprensión del Supremo Bien, para vivir y ser transformadores de la historia
Hoy en día podemos ver a las personas hablar de diversos temas, sobre todo si son de su interés. Sin embargo, he notado que los que creen y siguen la voluntad de Dios son cada vez menos. He tratado de buscar las razones por las cuales no lo siguen y es que no lo comprendo. Las personas están dejando pasar una oportunidad que no se ve todos los días al ignorarlo. No saben que seguirlo les dará vida eterna, pero al darle la espalda solo están ganándose su ira. Entonces ¿por qué? La observación que he podido hacer es que la sociedad está “muy ocupada” para dedicarle siquiera un minuto de su tiempo a Dios. Pero, ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué nos está costando tanto brindarle parte de nuestro tiempo a nuestro creador? ¿Por qué nos enfrascamos tanto en llevarle la contraria? ¿Por qué nos está costando tanto ser fieles a él e ignorar las tentaciones del mundo terrenal? Estas preguntas nos las hacemos muchas veces desde nuestra conciencia de Dios. Las respuestas no las tenemos claras aun y diríamos que hacerlo sería imposible porque el único que conoce nuestro estado es Dios, él es el único que sabe lo que existe en nuestro corazón. Sin embargo, planteemos una situación hipotética, una encuesta que pregunte quienes creen y siguen la voluntad de Dios. ¿Quiénes creen en él? ¿Quiénes en realidad lo siguen? Muchos alzaran la mano para decir que sí. No obstante, ¿no creen que sus acciones delatan todo lo contrario? Y no se habla por hablar, porque la biblia en muchos de sus libros dice acerca de esto, como por ejemplo en el evangelio de Juan 1, 10-11: “en el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A los suyos vino y los suyos no le recibieron”. Si de verdad quieren seguirlo a él, analícense y vean si de verdad están dispuestos a hacerlo. De ser así, se alegraría mucho ya que uno de sus hijos por fin decidió obedecerle. De lo contrario, ustedes saben lo que les espera.
En el capítulo 4 de este mismo evangelio se narran diversos temas y problemáticas que son temas que en la actualidad también se vienen dando, por ejemplo, si analizamos críticamente nuestro entorno y a la sociedad en general, ¿Quién hay, pues, que crea ciegamente? O ¿Quién sería capaz en este mismo instante de parar su vida solo para creer algo que puede edificarlo? ¿No creerías tú que esto que muchos creen podría destruirte? La verdad es que hoy en día casi nadie empatiza, como aquella mujer Samaritana con Jesús, quién teniendo sed, primero cuestionó, y luego creyó, aquella mujer que, oyendo las sabias palabras del Mesías fue y dijo a todos lo que había aprendido; ¿Alguna persona en la actualidad iría corriendo a narrar algo que, al parecerle constructivo compartió? Siendo sinceros casi nadie lo hace, está sociedad se ha vuelto consumista y egoísta, además de incrédula y vanidosa, y eso es precisamente lo que lleva a qué callemos y no creamos.
Por otra parte, para el evangelista San Juan (Cap. 5) se nos habla sobre las buenas acciones, estas muchas veces son reprochadas por quienes solo son simples observadores; Jesús quién luego de sanar a un enfermo fue terriblemente acusado por hacerlo en día de reposo sagrado y por hacerse llamar el Hijo de Dios; es como cuando tu habiéndole dado de comer a un hambriento se te juzgue pues muchos creen que robará en tu casa o traerá una enfermedad, y criticando tu buena obra, creen que hacen más el bien que cualquier cristiano activo, ¿Está bien visto esto? ¿Es moralmente correcto? ¿Es aceptado por la sociedad hacer algo que creen distinto o “prohibido”? Es evidente entonces, la forma de como nos encontramos en una sociedad que siempre cuestiona ensegesidamente las causas del hambre del mundo, pero busca jauriamente el saciarse de su hambre de felicidad colocando su corazón en lo terrenal, el cual, muchas veces estropean sin medir consecuencias, porque solo se enfocan en la búsqueda egoísta de su felicidad terrenal, esa sociedad que creyendo que hallarán la satisfacción en la tierra se le olvida que el crecimiento y la nutrición espiritual es más trascendental que otra cosa. Por ende, a nivel general la incredulidad e ignorancia de los seres humano frente a las profecías y leyes de Dios, es inmensa, lo que lo lleva a vivir con en el pecado personal y social, alimentando así la oscuridad. Para ellos creer tienen que ver, sin embargo, tampoco lo harán, condenan y juzgan según la carne y convicción, a sabiendas que ellos mismos son pecadores, la verdad y reconocimiento los haría libres pero su orgullo y soberbia les gana. Cambiaran cuando acepten sus equivocaciones y amen a Dios como su Señor, el cual, los hará mas humano y mas hermano.
Ahora bien, toda “Voluntad de Dios”, es desde la Fe una comprensión del Supremo Bien, que debe materializarse para vivir y ser transformadores de la historia, el cual desde las buenas acciones han de permitiun rumbo distinto de la existencia. Algo que en el mismo evangelista Juan (Cáp, 11 y 12) resalta como características importantes para la construcción de una buena comunidad y sociedad, el cual se comprenderán desde la fe, la esperanza, la compasión por el prójimo, el valor de la amistad y siempre en ayudar sin esperar nada a cambio, resaltando la comprensión y confianza en los demás. Lecciones valiosas que nos ayudan y nos dan un apoyo emocional para ser empáticos y sobre todo contribuyentes en la sociedad para construir un ideal en el futuro con la solidaridad y amabilidad tomadas de la mano. Sin embargo, en la actualidad parece ser que poco a poco se ha ido olvidando dichas enseñanzas, puesto que en primer lugar, son pocas las personas que tan siquiera, colocan en práctica uno de los mandamientos que nos dejó nuestro Salvador, que es el de aprender amar al prójimo, simplemente muchos se centran en buscar el bienestar propio y no piensan en cómo se sentirán los demás con su actitud y su forma de hablar o peor aún, nos hemos olvidado de que Jesús fue capaz de dar su vida solo por nuestra salvación, demostrando el gran amor hacia la humanidad tanto por parte de él como de Dios, dónde al parecer pocos son capaces de hacer lo mínimo por apoyar y contribuir al crecimiento de otros. Además, tampoco podemos olvidar por nada del mundo que Dios estará con todos nosotros sin importar lo pecadores que seamos, nos podemos acercar a él si nos arrepentimos de corazón, el promete darnos una vida mejor en el reino de su hijo Jesús. Enfocándonos en este último, en el evangelio de Juan los capítulos 18 y 19 relatan los eventos de la captura, juicio y la crucifixión de Jesús, estos sucesos tienen gran influencia en la sociedad cristiana, por la razón de que son considerados fundamentales en la historia de la liberación y la salvación. La crucifixión de Jesús es vista como un sacrificio supremo para salvar a la humanidad. Hablando de la sociedad cristiana, ellos buscan vivir de acuerdo a los principios y las enseñanzas que transmitió Jesús durante la vida terrenal, cabe resaltar que no solo son los cristianos porque algunas personas que no pertenecen a esta religión también lo hacen, aplicando valores como el amor, perdón y misericordia que se encuentran en estos capítulos, la importancia del sacrificio por el bienestar de los demás tal y como lo hizo Jesús, sin importar si quiera si nosotros los seres humanos creemos en él o si le tenemos fe.