En Sincelejo se han perdido los valores fundamentales que sustentan una convivencia armoniosa y respetuosa entre los ciudadanos. Diariamente, vemos situaciones que reflejan la pésima cultura ciudadana y comportamientos cívicos: conductores que irrespetan las normas de tránsito, la proliferación de basuras regadas por las calles hasta los constantes insultos cometidos por redes sociales. Frente a esta degradación social, quiero invitar a asumir el compromiso de nuestra ciudad a todos los actores sociales, desde el gobierno local, hasta la ciudadanía en general.
Existe una frase atribuida comúnmente a Alexis de Tocqueville, un filósofo político y sociólogo francés del siglo XIX, que sugiere que el éxito o fracaso de las instituciones cívicas depende del carácter de sus ciudadanos. La afirmación, tiene por lo menos dos premisas que me gustaría abordar a la luz de nuestra realidad como ciudad. La primera, hace referencia a las instituciones cívicas y la segunda, a los ciudadanos.
En primer lugar, debemos considerar la institucionalidad representada en la administración municipal. Esta, aunque ha realizado actividades para la promoción de la cultura ciudadana, no han sido suficientes y eficientes.
Sincelejo necesita mejores ciudadanos y es imperativo formarlos desde las instituciones educativas y universitarias. Por eso, será necesario generar programas de educación ciudadana que enseñen a nuestros niños y jóvenes sobre los derechos y deberes ciudadanos. ¡Cuánta falta hace el Manual de Urbanidad de Carreño! También, será necesario realizar campañas de sensibilización en los medios de comunicación, redes sociales y especialmente en espacios públicos para concientizar a la población sobre la importancia de la cultura ciudadana. Además, se deberán generar proyectos donde la ciudadanía se comprometa a defender el patrimonio colectivo, actuando sobre nuestros espacios y bienes públicos, reconociendo que cada piedra, cada árbol, cada parque de la ciudad de Sincelejo, es nuestro. Por último, será pertinente crear espacios de innovación social junto con la academia para la consecución de un observatorio de cultura ciudadana que haga seguimiento y monitoreo a cada una de las estrategias que generen sentido de ciudad.
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